viernes, 25 de mayo de 2007

La desgracia.

Estimados señores Filvit y Yusformén:

Me encuentro una cita maravillosa de un loco, y me asalta un nuevo cargamento de interrogantes mosqueros. Un tema de esos más viejos que el sol. Poesía y Sufrimiento; o Poesía o Sufrimiento; o el Sufrimiento de la Poesía; o la Poesía del Sufrimiento; etcétera.
Que las conclusiones no son difíciles. Pero ilústrenme con historia, de donde viene y por qué, y adónde va, el perpetuo matrimonio entre poesía y desgracia. Y si es cierto.
Atentamente,

Myrna Minkoff.


“Mire usted, Bardamu, la guerra*1, gracias a los medios incomparables que nos ofrece para poner a prueba los sistemas nerviosos, ¡hace de formidable revelador del espíritu humano! Vamos a poder pasar siglos ocupados en meditar sobre estas revelaciones patológicas recientes, siglos de estudios apasionados… Confesémoslo con franqueza… ¡Hasta ahora sólo habíamos sospechado las riquezas emotivas y espirituales del hombre! Pero en la actualidad, gracias a la guerra, es un hecho… ¡Estamos penetrando, a consecuencia de una fractura, dolorosa, desde luego, pero decisiva y providencial para la ciencia*2, en su intimidad!...”

(Louis-Ferdinand Céline, "Viaje al fin de la noche")

*1 léase "el sufrimiento", sgún la metáfora que entiendo.
*2 léase "la poesía"



No hay comentarios: