domingo, 27 de mayo de 2007

entresijos y gallinejas

en una de las webs más interesantes de la red, de uno de los autores más interesantes del panorama patrio, j. a. millán (jamillan.com), encuentro este manifiesto. me parece exactísimo, pero no por entero. la prosificación de determinadas zonas de la poesía actual provoca, creo, el alzamiento de la poesía contra la propia poesía, el riego de sus áreas desertificadas, el triunfo de la verosimilitud sobre la verdad. los mismos despropósitos líricos ha producido en nuestro siglo la magnificación de lo anecdótico que la sobredosis de ripios, estrofas y andamiajes pretendidamente poéticos. el autor acierta sin embargo de forma meridiana al reivindicar el necesario predominio del componente rítmico en la poesía: poesía es sonido. leamos, comprobemos, veamos, escuchemos.


Héctor A. Piccoli

Manifiesto fractal



Vivimos
el desolado tiempo de la prosificación de la poesía.

La prosificación de la poesía –que cobra un fuerte impulso con la "antipoesía" de la década del sesenta del pasado siglo– es un fenómeno translingüístico, no disociado de la decadencia generalizada de la palabra en todos los órdenes de la vida social contemporánea: desde los problemas ortográficos y de lectocomprensión en la escuela primaria –paradójicamente, en una época tan abundante de pedagogos– hasta la indigencia expresiva y el imperio del anacoluto en la producción escrita de innumerables académicos y "profesionales de la lengua". El desvalimiento de la palabra está sospechosamente acompañado de la hipnótica profusión de la imagen gráfica, del ícono, profusión de la que el "muñequerío" que puebla la www no es más que un ejemplo. No se necesita mucha agudeza para adivinar los fines de esta estrategia del poder: si se nos despoja de la palabra, se nos despoja a la vez de la capacidad de articular el pensamiento…



El hecho es que este estado de cosas ha llevado a la poesía hasta un límite sin precedentes: precisamente, el de la carencia de cualquier tipo de límite dentro del cual reconocer su identidad. No existe en este momento un arte más absolutamente falto de identidad que la poesía. Literalmente, cualquier cosa puede serlo; y naturalmente, no llegamos con esto ni siquiera a los deslavazados asertos del tipo "la poesía debe ser hecha por todos", o los alusivos a su supuesto deseo de revelación neumática, sino a una ley de la inexorable dialéctica: lo que puede ser cualquier cosa, no es nada. Hoy, quien tan sólo en la situación adecuada –sea una presentación literaria o un festival de "poesía"– lea un trozo tomado al azar de un pasquín de provincia, tiene las más altas probabilidades de ser aplaudido como poeta. Ni qué decir si modula lo leído martilleando sílabas torpemente repetidas con cierto dejo melancólico-arrabalero en boga, incluso entre numerosas representantes femeninas del gremio. Hemos oído hace unos años a un colega colombiano, invitado a un evento poético local, formular este fenómeno de la prosificación con una precisión insuperable: interrogado por el moderador sobre cómo procedía él para escribir sus poemas, respondió muy ingenuamente: "Muy sencillo: primero, escribo todo seguido, y después, lo parto…". Lo más preocupante no fue en verdad oír tamaño disparate, sino comprobar que la totalidad del público asistente (en el que abundaban conspicuos representantes de la poesía porteña y local) recibió la confesión como si el hombre hubiera dicho: "En Colombia llueve…" Tal es el grado de sordera reinante.


Ha llegado el momento de repensar la esencia rítmico-musical del verso.



…el ritmo del verso es considerado sobre el mismo principio que el de la música o el canto. En todo verso se reconoce la presencia de un período rítmico equivalente al compás musical. [1]


No estamos diciendo que el verso "libre" –término que por supuesto no es antagónico de rítmico– como canon literario preponderante, relativamente joven en la historia de la humanidad, no pueda ser poesía; sí estamos diciendo que, frente a esa juventud, es saludable recordar que el verso métrico, aliterante y "musical", unido al canto, al teatro, a la danza, a los rituales y las fórmulas encantatorias, se pierde en la noche de los tiempos… La relación congenial de música y poesía puede verse en ese momento tan particular de confluencia que es el Lied (Schubert, Schumann, Brahms, H. Wolf, etc.) con singular claridad. La degradación generalizada de la palabra poética, por el contrario, hace estragos en el actual cancionero popular (y no precisamente en el folklórico…).

Allanando sin piedad la poesía con argumentos de falsa contemporaneidad, el siglo XX "poetizó" un importante caudal de su prosa literaria más representativa. Recuperemos ahora la magia, la función conjural de la palabra: repoeticemos nosotros la poesía.



En la disolución de la poesía como arte, otros dos hechos han desempeñado un papel fundamental: la abstrusa idea de que –a diferencia de la pintura o la música, por ejemplo– el arte poético no estaría constituido por un corpus de técnicas transmisibles y condicionantes, absolutamente necesarias para la creación, y el consecuente destierro de la poética al reino del olvido. El dominio técnico, que resulta obvio para el músico más espontaneísta, aunque no pueda siquiera leer una partitura, parece a la mayoría de los modernos "poetas" un imperativo demencial, o, al menos, el producto de una mente anacrónica e inclinada a cegar la inagotable Castalia de su inspiración.

El resurgimiento de la poesía es impensable sin la reformulación de una poética.



La disposición de la palabra para la comunidad era aún enseñada y aprendida en el siglo XVII, puesto que el orden de la palabra era parte del orden del mundo. De allí surgió la importancia de la preceptiva, de la poética. Y así como la intimidad de la fe en nada era afectada por el aprendizaje del catecismo, en nada lo era tampoco la fuerza de la poesía por el aprendizaje de la poética. Percibir contradicciones en esto es propio de la modernidad desde el Sturm und Drang y el romanticismo. [2]

Para nosotros, que más acá de la modernidad padecemos eso que se ha dado en llamar "postmodernidad", el resurgimiento sólo puede adoptar la forma de un neoconstructivismo. Pues así como el hipertexto [3], lejos de ser sinónimo de caos –como quiere más de un profeta postmoderno–, sólo representa un orden distinto y superador, así también el nuevo arte ha de construir ordenando, y para eso debe aviarse de las mejores tradiciones del pasado. Esas tradiciones no se agotan en los grandes -ismos de los siglos XIX y XX: la coherencia arquitectónica de la cosmovisión barroca, por ejemplo –por paradójica que esta afirmación pueda resultar–, tenga quizás más que ofrecer a nuestra mirada que la de cualquier otro período histórico.

(...)



[1] T. Navarro Tomás, Métrica española, Reseña histórica y descriptiva, Guadarrama-Labor, Madrid-Barcelona, 1974.

[2] Erich Trunz, Weltbild und Dichtung im deutschen Barock (Imagen del mundo y poesía en el barroco alemán), Verlag C. H. Beck, München, 1992.

[3] Definido sobriamente en la informática como «tratamiento no secuencial de la información».

viernes, 25 de mayo de 2007

La desgracia.

Estimados señores Filvit y Yusformén:

Me encuentro una cita maravillosa de un loco, y me asalta un nuevo cargamento de interrogantes mosqueros. Un tema de esos más viejos que el sol. Poesía y Sufrimiento; o Poesía o Sufrimiento; o el Sufrimiento de la Poesía; o la Poesía del Sufrimiento; etcétera.
Que las conclusiones no son difíciles. Pero ilústrenme con historia, de donde viene y por qué, y adónde va, el perpetuo matrimonio entre poesía y desgracia. Y si es cierto.
Atentamente,

Myrna Minkoff.


“Mire usted, Bardamu, la guerra*1, gracias a los medios incomparables que nos ofrece para poner a prueba los sistemas nerviosos, ¡hace de formidable revelador del espíritu humano! Vamos a poder pasar siglos ocupados en meditar sobre estas revelaciones patológicas recientes, siglos de estudios apasionados… Confesémoslo con franqueza… ¡Hasta ahora sólo habíamos sospechado las riquezas emotivas y espirituales del hombre! Pero en la actualidad, gracias a la guerra, es un hecho… ¡Estamos penetrando, a consecuencia de una fractura, dolorosa, desde luego, pero decisiva y providencial para la ciencia*2, en su intimidad!...”

(Louis-Ferdinand Céline, "Viaje al fin de la noche")

*1 léase "el sufrimiento", sgún la metáfora que entiendo.
*2 léase "la poesía"



miércoles, 23 de mayo de 2007

La divertida losa de los nombres propios

Selección de dos poemas ganadores de los diez que se muestran en el catálogo del certamen Arte Joven La Latina, 2006. (Dos de diez, igual veinte por ciento, igual curiosidad pero no casualidad). Se añade la sinopsis de cada obra, escrita por su respectivo autor. Jurado del premio: D. Enrique Gracia.


Modalidad: poesía / primer premio
Título: El criado del pobre mercader
Carlos Pérez Sacau
"Serie de poemas breves que me encuentro medio inventados por la calle, los recuerdos de mi mano luego los visten de palabras. Sigo creyendo en las distintas tonalidades de la magia"



GLORIA

Hay quien dice que estoy Lorca perdido

Aunque me levante Huidobro
o pasee Rilkemente por el parque

Quizá es porque me ven
mirando Goytisolo por la ventana
y sin avisar sonrío Cortazado

Quise aprender a volar
y el suelo se Rimbaudó conmigo

nunca he sabido Whitmanar poemas
ni quedarme Hierro escuchando música

Pero en los bares, eso sí,
entre humo y vasos
aguanto Gloria toda la noche.


Modalidad: poesía / accésit
Título: Segunda mano
Andrés González Castro
"Segunda mano es un poema plagado de citas y referencias literarias para rendir un homenaje a diversos materiales que a este autor en particular le han dejado una huella indeleble. En síntesis, abunda la idea de que la literatura, pese a su inutilidad, es necesaria."



SEGUNDA MANO:


Por la falta de espacio me desprendo
de diversos efectos personales

Un pelo de la barba de Ramón Valle-Inclán.

Trazas de madre cinericia de Paul Celan

Un racimo de uvas de la ira.

La tapa del barril en que Jim Hawkins espiaba a John Silver.

La raspa repelada de un pescado que arrastró por tres días con sus noches a un viejo por el mar.

Un yelmo de Mambrino.

Un camino con cardos y chumberas.

Un divino tesoro.

La piedra que quebró la noble testa del soldado que hallaba por su mal las dulces prendas.

Muestras diversas de entomólogo, como un escarabajo hallado en Praga, mariposas que vuelan en Macondo y hormigas que aparecen en la mano.

Una tierra baldía (...)


NOTAS AL PIE:
No se ha omitido la identidad de los autores por considerar que el acto de participar y ganar un concurso implica la voluntad de difusión de la propia obra.
No se añade comentario subjetivo a la espera de soporte teórico.

sábado, 19 de mayo de 2007

La bofetada blanda: biología, ínfulas y poetas de la poesía. (Propuesta de nuevas medidas)

"La expresión "poesía joven", pronunciada con suficiencia por un funcionario cultural, retumba en nuestros oídos con la fuerza de una bofetada blanda. La sola idea de clasificar la poesía con base en un criterio de edad habla, eminentemente, de la pereza mental que aqueja a esos funcionarios; de una parálisis crítica que se conforma con raseros que atienden, no a la estética, no a la literatura, sino a la sociobiología: distinciones de género, en el caso de la poesía femenina; de respeto a la legalidad, en el caso de la poesía carcelaria; de desarrollo del organismo (que no de la mente ni la sensibilidad), en el caso de la poesía joven."

(Manifiesto "Sin Propuestas para el próximo milenio", por Luigi Amara y Sergio Valero
Sigue en: http://www.letraslibres.com/index.php?art=7273)




Es un placer descubrir en artículos como el que contiene el fragmento anterior, la sencilla exposición de algo que ya no debería tener que repetirse por lo obvio, algo que teóricamente es bien sabido por todos y bien razonable, (teóricamente; ahí sigue la caterva de concursos, ediciones, y antologías para la "poesía joven", las reivindicaciones con sujetador en mano de la "poesía femenina", etc.).
Lo claro y lo simple de esa bofetada blanda, lo irrisorio de las etiquetas biológicas para las letras.

No parece necesario añadir nada al enésimo manifiesto en defensa de una poesía sin cortapisas de Luigi Amara y Sergio Valero, pero quisiéramos ampliar la propuesta, como CASPA que somos, y a modo de complemento, con algunas medidas prácticas. A saber:

-- que por ley se imponga a los poetas el divorcio obligatorio de su poesía, de manera que el/la poeta pueda definirse como joven/jóvena, femenino/a, carcelario/a, homosexual/a, etcétera, mientras su poesía por otra parte, libre de la atadura conyugal, pueda declararse a sí misma joven, aburrida, pintoresca, amarga, pedante o genial, no teniendo por qué coincidir el epíteto de ambos, creador y criatura, en ningún caso.
(Esto debería hacerse a través de un censo de poetas y poesías ampliamente detallado, posteriormente puesto a disposición del público, de manera que al enfrentarse a cada texto y/o poeta uno supiera a qué atenerse).

-- que, una vez hecho esto, puedan desembarazarse de la poesía las tertulias y encuentros poéticos, suponiendo el no tener que escribir ni leer versos, ni teorizar sobre ellos, un gran ahorro de tiempo, que sería aprovechado para tratar exclusivamente las características personales de los poetas.

-- que a modo de experimento se cree un comité de buenos poetas ancianos (de más de 30 años) y hombres (no mujeres) que participen con pseudónimos y documentos falseados en concursos de poesía joven y poesía femenina, respectivamente. Y los ganen.

-- que se creen concursos para personas con índice de masa corporal superior a 27 , para hijos de padres divorciados, para guapos, para alérgicos, y para hipotecados, siendo éstos, a nuestro entender, importantes colectivos que, como el joven o el femenino, tienen una manera particular y unidireccional de entender el mundo, y por tanto de escribir poesía.

-- que el gobierno conceda a quien lo solicite la posibilidad de ser poeta joven y mujer (subvencionando operaciones quirúrgicas si fuera necesario), en aras de la igualdad, la paridad, y la calidad literaria que se demuestra en dicho rango.

-- que asimismo conceda a las personas que ya posean por naturaleza dichas condiciones (las de ser poetas jóvenes y mujeres), la posibilidad de dejar de serlo.

(Estas medidas, entre otras, serán apoyadas en todo momento por CASPA, no teniendo otro fin que el de conciliar seriamente lo absurdo de la etiqueta con maneras creativas de ampliar el horizonte poético impuesto. Se aceptarán por tanto sugerencias que vayan en la misma línea)

viernes, 18 de mayo de 2007

manifiesto, de nicanor parra

Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias en que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con poesías!

La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.

Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.

jueves, 17 de mayo de 2007

el nacimiento de la caspa

Generalmente se piensa que la caspa es un problema capilar, en gran medida, porque la manifestación física de esta enfermedad se da en el cabello. Sin embargo, tanto sus causas como síntomas se presentan en la piel que recubre el cráneo: el cuero cabelludo.

Un estudio del Cecil Texbook of Medicine, en el cual se hace énfasis en la prevalencia de las enfermedades dermatológicas en Estados Unidos, revela que entre las 18 más comunes, la caspa es la tercera que afecta en mayor proporción a los ciudadanos, sobrepasada ligeramente por algunos tipos de acné. La cifra revela que el 2.82 por ciento de la población la padece.

Su término científico es "dermatitis seborrea" , una inflamación de la piel. La caspa, entonces, es una manifestación visual de esta enfermedad.

Desde hace algunos años, esta enfermedad se ha extendido al arte en general y a la literatura en particular. Es lógico que se haya cebado paulatinamente en dos de sus retoños más indefensos: por un lado, la narrativa española contemporánea y, por otro, la poesía. Y lo ha hecho sin distinguir edades, espacios, tiempos, categorías. Libros inundados de seborrea. Museos repletos de pityrosporum. Suplementos culturales que abusan de permanentes y de tintes.

En este foro virtual, diferentes especialistas en patologías de la creatividad debatirán libremente y tratarán de evitar la definitiva implantación de la caspa como un género artístico más.


Bienvenidos.