Si tú me dices ven, lo dejo todo si tú me dices ven, será todo para ti mis momentos más ocultos, también te los daré, mis secretos que son pocos, serán tuyos también.
Si tú me dices ven, todo cambiará si tú me dices ven, habrá felicidad, si tú me dices ven, si tú me dices ven.
No detengas el momento por las indecisiones, para unir alma con alma, corazón con corazón, reír contigo ante cualquier dolor, llorar contigo, llorar contigo, será mi salvación.
Pero si tú me dices ven, lo dejo todo, que no se te haga tarde y te encuentres en la calle perdida, sin rumbo y en el lodo: si tú me dices ven, lo dejo todo.
y ahora, el original del original, ni más ni menos que de amado nervo:
Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo... No volveré siquiera la mirada para mirar a la mujer amada... Pero dímelo fuerte, de tal modo
que tu voz, como toque de llamada, vibre hasta el más íntimo recodo del ser, levante el alma de su lodo y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo. Llegaré a tu santuario casi viejo, y al fulgor de la luz crepuscular; mas he de compensarte mi retardo, difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo de perfume sutil, ante tu altar!
nótese la original reutilización de la voz "lodo", que nos parecía tal vez algo atrabiliaria en la versión de zacarías ferreira, y sin embargo proviene del soneto que dio lugar a siglos de silbidos y reinvenciones garciamonterianas (cf. http://lafieraliteraria.com/ferocidades9.html)
Hubo un tiempo en que los boleros eran algo más que música. Nadie se reía de sus letras, que chasqueaban el corazón. También era la época oscura de "échale amargura al vino y tristeza a la guitarra, camarada, que se ha muerto el mejor hombre de España". Por suerte siempre hubo quien, atento, descubrió que todo sería falso y reveló: "pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor quiero decírtelo con el olvido"
Si tú me dices ven, tendrás suerte de que, al volverte, siga alguien allí
Y en ejercicios de estilo, sin mucho estilo ni rigor:
Lógico: Si tú me dices ven, es que quieres que vaya, otra cosa es que estés. Que deberías estar, no obstante. Por lo que me has dicho. Oyes.
Desafiante: No hay cojones de decirme que vaya. A que no hay huevos.
Alegórico: Y pidió reunir las almas para hacer las auras incandescentes, independientemente de las mareas que mueven mi mundo. La voluntad no doblega al amor.
Egoísta: Que vaya tu puta madre, que tengo mucho que hacer.
Académico de la RAE: Si tú me dices ven, lo dejo todo, todo, todo.
Disléxico: Ven tú todo, si lo dejo me dices.
Programador cultural: Lo dejarán todo para venir cuando se lo digamos.
Editor: Con esta frase salen dos páginas.
Mimoso: Dime que vaya. Dímelo otra vez.
Puntual: Si tú me dices ven, estoy allí en trece minutos.
Redicho: Tú me insistes en que debería desplazarme hasta tu domicilio, sin tomar en cuenta las obligaciones que me atañen.
Categórico: Me dices ven, y voy.
Sabina: Me olvidé de olvidar que tú siempre llamas, pero recordé el recuerdo de que yo no era nada.
Ladinamo: Hemos estado.
Rodolfo Franco: Y O V O Y
Ajo: No me pidas que vaya, porque si voy me vengo (con el puño en alto).
Utópico: Estoy ya allí.
Rico: Si tú me dices ven, te mando un taxi.
Freud: Si tú me dices ven es que tu padre, en algún momento, influyó en el estadio larvario de tu etapa anal.
Baudrillard: Las oraciones derivadas de la sintomatología moderna siempre contienen un vocativo oculto, una razón que por lo general somos nosotros mismos. Soy yo al que llamas, soy yo el que voy. Y es mi nombre el que se desplaza.
Fragmentario: Me llamas, me visto, acudo, llamo, me abres.
Greil Marcus: Rotten pronunció aquél “Si tú me dices ven...” y el mundo entero lo dejó todo. Jamás volverá a suceder.
Monty Python: – Perdone, ¿podría usted venir? – Desde luego, déjeme que termine esta máquina de reducir distancias.
Guerrero: Me piden que vaya, que ocupe mi lugar junto a ellos.
García Montero: Tu voz sale rizada por el cable del teléfono, cuando debería amarte en wi-fi, besos como ondas.
Paulo Coelho: Bendijo la piedra que le había llamado, y el desierto inundó su alma de arena suave. Ahora sabía que debía dejarlo todo.
Alejandro Sanz: Dime si vas a llamar, dime si he de esperar, porque, niña, sin ti me desespero entero.
Ian Gibson: ¿A quién cojones le importa lo que siga diciendo Ian Gibson?
Telediario de Antena 3: Dos hombres encapuchados pidieron a bocajarro que fuese. El delito: haberlo hecho sin terminar lo que estaba haciendo. Y se llevó una gran sorpresa.
Peru Saizprez: Tú no me pides que VAYA, no soy yo el que voy, son nuestros LABIOS, que se besan sin que estemos.
Spielberg: Si tú me dices ven y no lo dejo todo, no podré conseguir el antídoto y el veneno hará efecto. Odio a los nazis.
Hitchcock: Te administro el veneno para que lo dejes todo y vengas sin darte cuenta. Te administraré el antídoto cuando duermas profundamente. Cuando despiertes tendrás otra identidad.
Lawrence Durrell: Vino con las mareas hasta esta playa de la desolación. Ahora recuerdo el agua tibia y cómo Hanna dejó su actividad para acudir a la llamada.
Rap: Nos obligan a venir, nos obligan a marcharnos. No hay nada que nos libre de machacarnos. Eh tú.
Silencioso: ¿Por dónde?
Insomne: No me importa que me digas que vaya a cualquier hora. Como si es a las cuatro.
De mi pueblo: Me dijo que subiese pahí pa su casa. Tó, le dije.
Henry Miller: Me pidió que me viniese penetrando su sexo húmedo hasta que mis testículos golpeasen sus nalgas.
Julio Cortázar: Nadie contestó aquella mañana de abril. Tampoco respondieron en mayo ni en junio. El tiempo se distendió, tanto, que la aguja del minutero marcaba las estaciones de su abandono. La cadencia del deterioro se hizo insoportable.
Círculo: red, geometría, encuentro, ouroboros, principio, canal.
Acción: necesidad, movimiento, camino, fricción, flecha. Sostenida: constante, uniforme, perenne, aupada. Pensamiento: fagocitosis. Antipoético: parriano, dislocado, desubicado, delacalle.
CASPA provoca materiales para la reflexión sobre el hecho poético y artístico nacional e internacional.
MANIFIESTO PH NEUTRO
queremos un cabello limpio y sedoso una literatura auténtica y comprometida una blogosfera cuidada y pedagógica una manada de poetas sin celos sinceros sin ceros una reflexión sana y equilibrada una comunidad de garañones límpidos un nicanorparra en cada estantería un político menos un garcilaso más un acento en undécima una reacción una respuesta un nolloresmás un champú que cuide el cuero cabelludo de pachamama una tenia un fósforo un refresco queremos una poesía antipoética un corazón no descorazonado un manifiesto pero dentro de un orden un orden dentro de un manifiesto un libro sin almíbar una gota de realidad ahí fuera
8 comentarios:
ahora, el original:
Si tú me dices ven, lo dejo todo
si tú me dices ven, será todo para ti
mis momentos más ocultos,
también te los daré,
mis secretos que son pocos,
serán tuyos también.
Si tú me dices ven, todo cambiará
si tú me dices ven, habrá felicidad,
si tú me dices ven, si tú me dices ven.
No detengas el momento por las indecisiones,
para unir alma con alma, corazón con corazón,
reír contigo ante cualquier dolor,
llorar contigo, llorar contigo,
será mi salvación.
Pero si tú me dices ven, lo dejo todo,
que no se te haga tarde
y te encuentres en la calle
perdida, sin rumbo y en el lodo:
si tú me dices ven, lo dejo todo.
y ahora, el original del original, ni más ni menos que de amado nervo:
Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!
nótese la original reutilización de la voz "lodo", que nos parecía tal vez algo atrabiliaria en la versión de zacarías ferreira, y sin embargo proviene del soneto que dio lugar a siglos de silbidos y reinvenciones garciamonterianas (cf. http://lafieraliteraria.com/ferocidades9.html)
Hubo un tiempo en que los boleros eran algo más que música. Nadie se reía de sus letras, que chasqueaban el corazón. También era la época oscura de
"échale amargura al vino
y tristeza a la guitarra,
camarada, que se ha muerto
el mejor hombre de España".
Por suerte siempre hubo quien, atento, descubrió que todo sería falso y reveló:
"pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor
quiero decírtelo con el olvido"
Si tú me dices ven,
tendrás suerte de que,
al volverte,
siga alguien allí
Y ahora, el original de verdad:
'Si tú me dices Ben,
yo digo ¿qué quieres?'
Y en ejercicios de estilo, sin mucho estilo ni rigor:
Lógico: Si tú me dices ven, es que quieres que vaya, otra cosa es que estés. Que deberías estar, no obstante. Por lo que me has dicho. Oyes.
Desafiante: No hay cojones de decirme que vaya. A que no hay huevos.
Alegórico: Y pidió reunir las almas para hacer las auras incandescentes, independientemente de las mareas que mueven mi mundo. La voluntad no doblega al amor.
Egoísta: Que vaya tu puta madre, que tengo mucho que hacer.
Académico de la RAE: Si tú me dices ven, lo dejo todo, todo, todo.
Disléxico: Ven tú todo, si lo dejo me dices.
Programador cultural: Lo dejarán todo para venir cuando se lo digamos.
Editor: Con esta frase salen dos páginas.
Mimoso: Dime que vaya. Dímelo otra vez.
Puntual: Si tú me dices ven, estoy allí en trece minutos.
Redicho: Tú me insistes en que debería desplazarme hasta tu domicilio, sin tomar en cuenta las obligaciones que me atañen.
Categórico: Me dices ven, y voy.
Sabina: Me olvidé de olvidar que tú siempre llamas, pero recordé el recuerdo de que yo no era nada.
Ladinamo: Hemos estado.
Rodolfo Franco: Y O V O Y
Ajo: No me pidas que vaya, porque si voy me vengo (con el puño en alto).
Utópico: Estoy ya allí.
Rico: Si tú me dices ven, te mando un taxi.
Freud: Si tú me dices ven es que tu padre, en algún momento, influyó en el estadio larvario de tu etapa anal.
Baudrillard: Las oraciones derivadas de la sintomatología moderna siempre contienen un vocativo oculto, una razón que por lo general somos nosotros mismos. Soy yo al que llamas, soy yo el que voy. Y es mi nombre el que se desplaza.
Fragmentario: Me llamas, me visto, acudo, llamo, me abres.
Greil Marcus: Rotten pronunció aquél “Si tú me dices ven...” y el mundo entero lo dejó todo. Jamás volverá a suceder.
Monty Python: – Perdone, ¿podría usted venir? – Desde luego, déjeme que termine esta máquina de reducir distancias.
Guerrero: Me piden que vaya, que ocupe mi lugar junto a ellos.
García Montero: Tu voz sale rizada por el cable del teléfono, cuando debería amarte en wi-fi, besos como ondas.
Paulo Coelho: Bendijo la piedra que le había llamado, y el desierto inundó su alma de arena suave. Ahora sabía que debía dejarlo todo.
Alejandro Sanz: Dime si vas a llamar, dime si he de esperar, porque, niña, sin ti me desespero entero.
Ian Gibson: ¿A quién cojones le importa lo que siga diciendo Ian Gibson?
Telediario de Antena 3: Dos hombres encapuchados pidieron a bocajarro que fuese. El delito: haberlo hecho sin terminar lo que estaba haciendo. Y se llevó una gran sorpresa.
Peru Saizprez: Tú no me pides que VAYA, no soy yo el que voy, son nuestros LABIOS, que se besan sin que estemos.
Spielberg: Si tú me dices ven y no lo dejo todo, no podré conseguir el antídoto y el veneno hará efecto. Odio a los nazis.
Hitchcock: Te administro el veneno para que lo dejes todo y vengas sin darte cuenta. Te administraré el antídoto cuando duermas profundamente. Cuando despiertes tendrás otra identidad.
Lawrence Durrell: Vino con las mareas hasta esta playa de la desolación. Ahora recuerdo el agua tibia y cómo Hanna dejó su actividad para acudir a la llamada.
Rap: Nos obligan a venir, nos obligan a marcharnos. No hay nada que nos libre de machacarnos. Eh tú.
Silencioso: ¿Por dónde?
Insomne: No me importa que me digas que vaya a cualquier hora. Como si es a las cuatro.
De mi pueblo: Me dijo que subiese pahí pa su casa. Tó, le dije.
Henry Miller: Me pidió que me viniese penetrando su sexo húmedo hasta que mis testículos golpeasen sus nalgas.
Julio Cortázar: Nadie contestó aquella mañana de abril. Tampoco respondieron en mayo ni en junio. El tiempo se distendió, tanto, que la aguja del minutero marcaba las estaciones de su abandono. La cadencia del deterioro se hizo insoportable.
Bueno, otro día, más.
Un genio, Sebo, de niño, quiero ser como Usted
=)
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