Tantísimo me llama la atención
el/la que se escuece y chilla en un recital -ya van dos veces casi seguidas- porque el poeta, sin faltar ritmos ni a otros placeres de la letra, oficia contra-la-dicción y la visión del mundo oficialmente establecidas (poesía= poderío),
como
los/las que no pataleamos, ni a continuación nos piramos ante todo lo contario, es decir, de recitales -algunos de ellos incluso presuntamente "alternativos"- que atiborran sin ironía el mundo de adjetivos infelices (como éste), fingimientos y ¿verdades? establecidas (poesía= poder).
sábado, 30 de junio de 2007
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6 comentarios:
uy pero es fantástico que el público de un recital se escueza y chille!
por una poesía que pique y de pavor,
abogo.
Y ajos coman.
Peor será callar y encallecer, sí,
pero curioso: lo que a unos escuece a otros nos alivia.
Misterios que tiene el conocimiento epidérmico, myrna.
Es que el escozor da gustillo, en el fondo.
Es la única explicación conciliadora que se me ocurre.
(Esa, u otras mucho más sombrías, deprimentes y desoladoras acerca de la sensibilidad aborregada y la cortica sesera de algunos tipos de humanos)
uf
Sarna con gusto.
(Donde el adocenamiento se junta con la impostura insípida y las ganas de medrar, la auténtica poesía de vanguardia se las pira dando exquisitos cortes de manga).
Amigo casposo....
Hasta tú mismo te nutres de la poesía, aunque sea para ir en contra de ella. En realidad estás hecho un romántico...
Fantásticos recitales!!
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