martes, 17 de febrero de 2009

Rima LXXX

Una mujer me contagió la caspa,
otra mujer me enjabonó el cabello,
ninguna de las dos vino a enjuagarme,
yo en un arranque me lo rapé al cero.

Como el mundo es casposo, el mundo rueda.
Si mañana, Fernando, el peluquero,
tiene caspa a su vez, ¿por qué acusarme?
Yo usé la maquinilla que me dieron.

2 comentarios:

Nacho Abad dijo...

Bien guapo el poema.

Anónimo dijo...

Todo lo guapo está rapado.