domingo, 9 de noviembre de 2008

TRIÁNGULOS, CÍRCULOS, CULTURA Y NÁUFRAGOS

Hay dos dolencias fundamentales que se cargan el panorama del ensayo y el discurso, creo: la excesiva verborrea sin fundamento, que es lo que más se ve, por todas partes, y que destruye por saturación; y la doble-filo modestia/vergüenza de saberse/creerse inculto, que hace que uno se calle para siempre, y por tanto otorgue. Esta última destruye por su ausencia.
Yo dejé de escribir aquí (aquí y en mi diario) por aquello de no tener qué decir.
Pues se acabó. Puede que no hable de poesía (porque no la conozco), pero hablaré. Y a la sombra de lo que dicen las siglas de C.A.S.P.A. me amparo.

Círculo de Acción Sostenida podrían, y quizás debían ser las tres primeras palabras que definieran las funciones de cualquier grupo cultural. Entendamos grupo cultural de manera amplísima, desde el colectivo de amigos que se reúnen para tocar la guitarra en un garaje (o a escribir un blog), hasta una comunidad universitaria. Círculo implica límites, pero no aristas; Acción es la razón de ser (porque en estos casos de la cultura, si no se hace, no se es, evidentemente), y Sostenida quiere decir moviéndose: motor, algo continuo, es decir, no intermitente.
El problema enorme de esta época concreta en que pasamos el rato, y de otras muchas que se le parecieron, y de esto quería yo hablar, empieza cuando se omite uno de estos tres conceptos. Leyéndose a Pitágoras para entender la estabilidad de los triángulos, o deduciéndose por pura lógica la imposibilidad de construir nada con sólo dos ángulos, o simplemente poniéndose a jugar con los conceptos, uno se da cuenta de que si a esos “Círculos de Acción Sostenida” se les quita una pata, cojean.
En los últimos años lo que más se había eliminado es lo de la “Acción”. A lo mejor uno no se da cuenta a simple vista, por que lo de “hacer” sigue figurando como estandarte vacío (o trapo para limpiar el polvo) en la fachada de cualquier institución o grupo cultural, pero a poco que se escarbe se descubren por todas partes “Círculos Sostenidos”.
Un Círculo Sostenido es algo que ya no tiene nada que ver con nada. Es una estafa, un sinsentido cultural, una mierda, en suma. Es una masa amorfa en la que los presupuestos (sostenimientos) alimentan a grupos cerrados (círculos) y los grupos cerrados justifican los presupuestos, sin que sea necesario hacer nada más que estar y abrir las carteras.
Me contaba alguien de allí dentro que en la Universidad Complutense de Madrid, hasta este año (hasta que Espe ha recortado tan sabiamente los presupuestos) había departamentos que no conseguían gastar el dinero que recibían, y al final del curso se dedicaban a pagar curiosas salidas culturales a restaurantes caros, con el único fin de seguir recibiendo la misma cantidad de pasta el año siguiente. Es un ejemplo precioso de la más pura pérdida de la “Acción” (el motivo), para solamente sostener el círculo. Pero claro, hay más. Hay clásicos hijos de alcaldes que quieren ser artistas, y también menos clásicos pero igual de peligrosos supuestos artistas que quieren vino y canapés por encima de todo.
A un amigo de un país que queda al este del Adriático, y que alucinaba con lo nuestro, se le ocurrió una vez hacer la suma de las cantidades que se daban en premios de poesía (sólo de poesía), en nuestra España, en un año. La cifra era astronómica y él la ponía como ejemplo de lo bien que iba el panorama literario por aquí. Yo le pedí que contabilizara también la calidad de los temas propuestos, los jurados, y de los posteriores poemas ganadores. Pero es que eso es más difícil de sumar. Y además no importa, porque ya nos solucionan la duda los silogismos: si hasta una asociación de Amigos del Lince Ibérico siente la necesidad de darle dinero a la poesía, es que la poesía es lo más. Y que todo va bien.
Nada de esto es nuevo, ni un gran descubrimiento por mi parte ni por la de nadie, y de hecho mis conclusiones son por ahora tan simples como partirse siniestramente de risa.
Por todos estos capítulos podridos de ese “todo va bien”, y más ejemplos que me guardo porque llevo prisa, cuando resultó que en septiembre lo de la Crisis ya no sonaba tan exagerado, y a los que hasta entonces soltaban los euros para que brillara bien la palabra Cultura les pareció que ya podían cerrar el grifo, y entonces los pobres Círculos, ya sin Acción y sin Sustento pusieron el grito en el cielo, yo pensé: pues oye. Que se derrumben.
Que se pinche la balsa de una vez, y entonces, ya sí que sí, los náufragos en corro tengan que ponerse a pensar qué hacer, sostenidos por trocitos de madera podrida. Los náufragos todos. Nosotros. Con el yo delante, claro.

1 comentario:

Tricotilomanía dijo...

¡Bravo Myrna! Que no se detenga la Acción!

P.S. Sin que venga a cuento he recordado, súbitamente, los misterihorrorosos "versos" de Mecano:

y aunque no me guste el avión
soy un hombre de acción

Saludos!

Trico.