viernes, 4 de julio de 2008

Me ha parecido oportuno dejaros aquí una canción de un grupo de mi barrio que se llama CAPRESSE, y que acaban de grabar su quinto disco.







El día de momentos imperfectos (título endecasílabo)

Estoy harto de cerrar los bares y de buscar a tientas una buena película en el periódico. / Tengo todos los canales abiertos y no entran más que opiniones y consejos, y vidas y sucesos. / En serio, todo esto empieza a no importarme. / Estuve anoche a punto de suicidarme, pero al final encontré un 24 horas y compré una caja inmensa de Choco Crispies. / De esta manera muero más lentamente, en una agonía chocolateada. / Me los fui comiendo a lo largo de la Gran Vía. Me lanzaba a la boca un copo y con otro intentaba darle a algún objeto de mobiliario urbano. / Eran las cinco de la madrugada, la hora del taxista vampiro. / Copo a la boca, copo a la farola. / Sumergido en este juego de puntería me di cuenta de la cantidad de gilipolleces que se hacen sin pensar. / Copo a la boca, copo a la cabina. / Y resolví que si alguna vez llegara a escribir un poema-dios-no-lo-quiera, tendría que tener ese mismo punto de movimiento involuntario, de acto reflejo, de auténtica gilipollez. / Copo a la boca, copo a la punta de mi zapato. / Un poema escrito como si fuera una cámara tras el cristal del espejo del ascensor. / Un poema de sacarse el moco, un poema de atusarse el pelo, un poema oliéndose el ombligo, un poema subiendo la bragueta. / Un poema tocando bragas. / Copo a la boca, copo al copo. / Enderecé por Amaniel. / Un poema lo más alejado posible de una junta de accionistas, pensé al cruzar Comendadoras. / Un poema tan involuntario como la declaración de la renta. Un poema que fuera sólo presencia. / Copo a la boca, boca al copo. / Y llegué a casa, y aún llené un bol de Crispies con leche semidesnatada, para acabar de empacharme y sentir la noche más caliente, llena de sudor, de nostalgia de lo no vivido, / como por ejemplo no vivir en Canarias. / Yo qué sé. /
Y escribí este texto, mientras con el dedo del pie levantaba poco a poco la lámina de falso parqué. /
A partir de ahora una norma: no escribir lo primero que se me pase por la cabeza. / Los poemas no sé, / pero las buenas canciones salen mejor pensadas.


Y escribí este texto, mientras con el dedo del pie levantaba poco a poco la lámina de falso parqué. (bis)

1 comentario:

Club de lectores dijo...

No sé cómo he podido estar tanto tiempo sin leeros, no sé, no sé, no sé.