viernes, 5 de febrero de 2010

EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS (MOVIMIENTO POST-TRANSMETAFÍSICO)



“Una virtualidad actualizándose, una simplicidad diferenciándose, una totalidad dividiéndose” Gilles Deleuze

Encontré este texto escrito en las duchas de una cárcel de Bangladesh, concretamente en la ciudad de Dacca. Firmado allá por el año 1971, fecha de la Independencia de la misma del yugo Pakistaní. Esto nos hace pensar que en el país más pobre del sudeste asiático, existen cerebros inversamente proporcionales al arroz que consumen diariamente. Es una noticia de alcance poético, puesto que la poesía aquí sufre una lenta digestión. Quizás la sobremesa que sigue a nuestras enfermizas comidas sea la causa. Agilidad es sinónimo de supervivencia…este texto es prueba de lo contrario. Llegar a estas conclusiones sólo depara dos soluciones: Delinquir por amor a la neurosis o robar más libros, pero en cualquier caso, sucumbir a los mecanismos disciplinarios de los que habla nuestro maestro de ceremonias necrófilas, el señor Foucault. Arte de la distribución de los individuos en el espacio y control de la actividad de dichos individuos. Modelo genético prefijado y arte de la composición de fuerzas.

Podríamos añadir más cosas, pero sería dar demasiadas pistas.

El mundo es una colección de referencias, pero toda posición que refiere a algo, es justo espacio hueco. No lugar o pre-lugar que no ha sabido hacer eficiente el propio dinamismo inmanente a su esencia. Movimiento interrumpido o muerte ontológica, luego no espacio trascendente. La representación es una referencia vacía, que como avisa Hegel, sólo es posible superar desde el UNO (Kai pan), la no división. Desde la dialéctica especulativa que alumbra el concepto. Discontinuidad y ruptura son el punto en repetición, pero como diferencia, de la línea convertida en vector.
La nueva noción de temporalidad estructuralista advierte que la combinación continuidad-discontinuidad subvierte la noción de sujeto. Lo simbólico será clave en el juego libre de los elementos y las interpretaciones, para descubrir la intencionalidad que subyace al hecho “objetivo” (comillas que delimitan y/o excluyen la visión hegeliana y/o estructuralista).
Lo real quiere ser conocido por lo simbólico, pero éste se resiste a la significación. Un atasco de puentes móviles en el descentramiento de las estructuras.

Lo absoluto, aún en espacios decisivos como auto-manifestación del espíritu, no puede dejar de ser evolución.
La reflexión sólo puede ser interior. Debe jugarse en el abanico de las múltiples esferas del fenómeno. Saber mirar y escuchar hacia dentro. Como intuición de las esencias que subyacen a toda investigación lógica. Lejos del simulacro, de la acción limitada en las formas. Incluso bajo el riesgo de que el límite externo sea un avatar de la locura.

A observa B. Si B parece ser algo, es que no “es”. Sólo podría “ser”, sin ser B y en el despliegue de sí mismo, de su libertad. Hemos construido discontinuidad y no basta con pensarla simultáneamente.

Quizás aún no esté todo perdido. Sabemos que el simulacro no sustituye a la realidad, sino que la constituye. Pero sí podemos sobreponernos desde los orígenes, desde el desvelar, más allá de las apariencias…
Deleuze nos diría que los absolutos no existen y volveríamos a los griegos para así reiniciar camino hasta la extenuación. Pero los grandes cambios, los aspectos mircofísicos del poder, los aspectos singulares que provocan las inversiones, deben acabar en algún lugar.
Debe existir un almacén de residuos espaciales o metafísicos para recolectar toda la chatarra que explosiona en forma de intuición y se disgrega por el tejido de la conciencia. Todo ese poder, afectado por fuerzas centrípetas, se debería pulverizar en el centro.
Toda ilusión necesita de lo real para existir. Luego quizás nos sostengamos sobre el sajasra-ara . El chakrá del sentido, el chakrá maestro que controla a los demás. Simbolizado por el loto de los mil pétalos, de color blanco o violeta. Invisible, encima de la cabeza y fuera del cuerpo.

¡Debemos regresar al centro señores!

Allí donde no haya fisuras, pues no hay rangos ni órdenes. Ni categorías ni grados.

Para Gadamer, la comprensión es la fusión de horizontes en el interior de la tradición. ¿Queda algo de la tradición? ¿Alguien la conoce? Estamos abocados al triple éxtasis del tiempo en Heidegger. No nos dará ninguna solución…

“todo lo que está dado como ente en este mundo, se da contra el horizonte del mundo y en el caso de los seres humanos, este horizonte o mundo de la vida escapa al objetivismo. Presente, pasado y futuro como Ser- Ahí (Dasein). Etapas de un movimiento único de temporalización. Habitamos en el mundo de las apariencias como el lugar de una posible experiencia del ser. La hermenéutica aparece como medio de encontrar al ser como traza y recuerdo. Un pensamiento de la diferencia, de las trazas que nunca han correspondido a una presencia. Somos simulacros, productos del pensamiento rememorante!!!”

Pasados unos años averigüé que la persona que compartió celda conmigo fue el autor anónimo de dicho texto. Murió de una hemorragia cerebral, y aún no sé si fue una muerte natural o yo cometí un asesinato. Occidente es lo que tiene, asesina sin dejar huella.

jajajajajaja