¡Téophile Gautier, al que Baudelaire, el airado chico del pelo verde, dedica Las flores del mal con estas palabras
AU POËTE IMPECCABLE
AU PARFAIT MAGICIEN ÈS LETTRES FRANÇAISES
À MON TRÈS-CHER ET TRÈS-VÉNÉRÉ
MAITRE ET AMIE
THÉOPHILE GAUTIER
AVEC LES SENTIMENTS
DE LA PLUS PROFONDE HUMILITÉ
JE DÉDIE
CES FLEURS MALADIVES
C.B.!
¡¿Estamos obsesionados con Baudelaire?! ¡¿Con quién íbamos a estarlo si no?!
Dos son los imperativos físicos del poeta clásico, ¡y cuando digo poeta clásico quiero decir clásico poeta!:
1) Una buena mata de pelos para tirarse de los pelos
2) Cinco deditos para contar sílabas
O sea, ¡que un poeta no era un armazón de huesos y pellejo, sino una estructura de pelo y dedos!
Y de dónde si no de un cráneo bien provisto
crecería la caspa de mis yambos...
***
Y sin embargo, también hay poetas que no sólo son García, sino que también son Calvo:
Libre te quiero - Amancio Prada
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