domingo, 4 de enero de 2009

2009

Ernst Walter fue un biólogo evolucionista que murió en 2005 en los Estados Unidos. Ernst Walter fue un artista alemán que murió en 1993, muy colorista, cercano a Kokoschka en la forma de utilizar la luz. Ernst Walter, Sublime, Texas, tuvo tres hijas: Marylin, Ava y Sonny.

El Ernst Walter que conoció Mario Muchnick, amigo de Alban Berg, paralítico y melancólico, hubiera muerto de llevar a cabo la tarea que Google realiza sin esfuerzo al buscar diferentes Ernst Walters.

Ernst Walter, melancólico y paralítico tras sufrir un accidente mientras practicaba el esquí en fechas parecidas a éstas, fue el desdichado captor de una rara enfermedad asociada al accidente. Su cerebro se destruía a medida que realizaba una mayor actividad intelectual. Leer y escribir eran para Walter tareas asesinas. Podría haberse quitado la vida revisando a Heidegger, o contemplando durante unas horas la obra Centro Blanco, de Rothko. Fue Ernst un eficaz medidor de complejidades: cuanto más hondo era el calado de un trabajo artístico, mayores resultaban sus achaques. Joyce: dolor de cabeza. Proust: fiebres. Macedonio Fernández: vómitos. Juan Benet: diarrea.

Walter conoció a Nijinski, a Furtwängler, a Karajan, a Schönberg. Quién sabe si no fueron ellos quienes le quitaban la vida a golpes de inteligencia.

La cultura, bien lo supo Ernst Walter, que acabó sus días en una sórdida pensión parisina, puede ser peligrosa. Por eso tal vez no resulte tan perjudicial, al cabo, eso de consumir, ver la televisión, jugar al San Andreas y no pensar demasiado en nada.




Feliz Navidad.

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