sábado, 19 de mayo de 2007

La bofetada blanda: biología, ínfulas y poetas de la poesía. (Propuesta de nuevas medidas)

"La expresión "poesía joven", pronunciada con suficiencia por un funcionario cultural, retumba en nuestros oídos con la fuerza de una bofetada blanda. La sola idea de clasificar la poesía con base en un criterio de edad habla, eminentemente, de la pereza mental que aqueja a esos funcionarios; de una parálisis crítica que se conforma con raseros que atienden, no a la estética, no a la literatura, sino a la sociobiología: distinciones de género, en el caso de la poesía femenina; de respeto a la legalidad, en el caso de la poesía carcelaria; de desarrollo del organismo (que no de la mente ni la sensibilidad), en el caso de la poesía joven."

(Manifiesto "Sin Propuestas para el próximo milenio", por Luigi Amara y Sergio Valero
Sigue en: http://www.letraslibres.com/index.php?art=7273)




Es un placer descubrir en artículos como el que contiene el fragmento anterior, la sencilla exposición de algo que ya no debería tener que repetirse por lo obvio, algo que teóricamente es bien sabido por todos y bien razonable, (teóricamente; ahí sigue la caterva de concursos, ediciones, y antologías para la "poesía joven", las reivindicaciones con sujetador en mano de la "poesía femenina", etc.).
Lo claro y lo simple de esa bofetada blanda, lo irrisorio de las etiquetas biológicas para las letras.

No parece necesario añadir nada al enésimo manifiesto en defensa de una poesía sin cortapisas de Luigi Amara y Sergio Valero, pero quisiéramos ampliar la propuesta, como CASPA que somos, y a modo de complemento, con algunas medidas prácticas. A saber:

-- que por ley se imponga a los poetas el divorcio obligatorio de su poesía, de manera que el/la poeta pueda definirse como joven/jóvena, femenino/a, carcelario/a, homosexual/a, etcétera, mientras su poesía por otra parte, libre de la atadura conyugal, pueda declararse a sí misma joven, aburrida, pintoresca, amarga, pedante o genial, no teniendo por qué coincidir el epíteto de ambos, creador y criatura, en ningún caso.
(Esto debería hacerse a través de un censo de poetas y poesías ampliamente detallado, posteriormente puesto a disposición del público, de manera que al enfrentarse a cada texto y/o poeta uno supiera a qué atenerse).

-- que, una vez hecho esto, puedan desembarazarse de la poesía las tertulias y encuentros poéticos, suponiendo el no tener que escribir ni leer versos, ni teorizar sobre ellos, un gran ahorro de tiempo, que sería aprovechado para tratar exclusivamente las características personales de los poetas.

-- que a modo de experimento se cree un comité de buenos poetas ancianos (de más de 30 años) y hombres (no mujeres) que participen con pseudónimos y documentos falseados en concursos de poesía joven y poesía femenina, respectivamente. Y los ganen.

-- que se creen concursos para personas con índice de masa corporal superior a 27 , para hijos de padres divorciados, para guapos, para alérgicos, y para hipotecados, siendo éstos, a nuestro entender, importantes colectivos que, como el joven o el femenino, tienen una manera particular y unidireccional de entender el mundo, y por tanto de escribir poesía.

-- que el gobierno conceda a quien lo solicite la posibilidad de ser poeta joven y mujer (subvencionando operaciones quirúrgicas si fuera necesario), en aras de la igualdad, la paridad, y la calidad literaria que se demuestra en dicho rango.

-- que asimismo conceda a las personas que ya posean por naturaleza dichas condiciones (las de ser poetas jóvenes y mujeres), la posibilidad de dejar de serlo.

(Estas medidas, entre otras, serán apoyadas en todo momento por CASPA, no teniendo otro fin que el de conciliar seriamente lo absurdo de la etiqueta con maneras creativas de ampliar el horizonte poético impuesto. Se aceptarán por tanto sugerencias que vayan en la misma línea)

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