martes, 20 de abril de 2010

NON NOBIS

Es difícil para mí, que aún siendo dos no alcanzo tanta sapiencia como ustedes, hablar de poesía.
La Madre Nuestra, tan en los cielos como en la Tierra, me quiso de esta forma y manera (mirar foto).
Mi otra madre llanamente no me quiso, ni tampoco hizo falta... pues aquí estoy.
El caso es, señores poetas, que ustedes más que nadie necesitan de los monstruos como yo.
Oh, sí que lo soy.
Miren otra vez mi foto.
Soy dos.
Uno es feo y el otro terrible.
El terrible es tímido y veloz.
Tiene también otras virtudes muy satisfactorias que prefiero callar.
El feo es maligno.
Todo un hombre.
El caso es, señores poetas, que ustedes más que nadie necesitan de los monstruos como yo, que sin embargo y aún siendo dos no alcanzo tanta sapiencia como ustedes.
¡Qué paradoja!
La vida lo es.
A punto están de decírselo los científicos de este pequeño mundo.
Por pequeño y paradójico este pequeño mundo es bonito.
¡Si ustedes le oyeran!
El mundo, digo, oír a este pequeño mundo; no a sus pobladores incluidos ustedes, señores poetas.
Ustedes no son en general bonitos.
Algunos sí; pero en general no.
Ciegan un poco.
Reflejan ustedes demasiadas cosas en vez de pulir y pulir y pulir.
No sus versos, ya sé que para alguno de ustedes corregir es de mediocres.
(Esa declaración me apena.
Y NO por los poemas.
La vanidad es
Un puñetazo en el hígado
Besar la lona
Dejarse llevar.
Pero allá cada cual, partículas somos muchas Y
este pequeño mundo bonito paradójico está dentro de un útero.
Por eso tanta oscuridad, ¿ven?
¿Recuerdan a ese tal Platón y su caverna?
Vagina
Caverna
Útero
Materia Oscura 96% del Universo.
Madre Nuestra que estás en los cielos como en la Tierra.
Vírgenes negras templarias.
Ya saben que parir es un trauma.
Y se nos viene la luz.)

Señores poetas, se nos viene la luz.
Pulir pulir pulir el alma
No los versos
Vamos a ser dados a Luz, señores poetas.
La cosa es seria
Hace falta ciencia

No dejen de escuchar a los monstruos y ustedes no se anden por las ramas.
Los que lleguen a tiempo
Serán los ángeles del parto
Los custodios
Las comadronas

Nosotros los monstruos asesinos ya estamos matando cual es nuestra sagrada misión.
Pero nosotros los monstruos oímos
Mucho más que ustedes
¡Si ustedes oyeran a este precioso pequeño paradójico mundo!
¡Qué cosas dice!
Está que bufa, en fin.
En fin:
vomiten fuera
NO caben débiles en el paritorio
No por NADA
molestan
Que salgan y se fumen un pitillo, tranquilos.
Otros harán el trabajo y seguramente en la sala de espera haya máquina de zumos y sandwiches.

Aaaah, si ustedes conocieran este placer.
Matar, me refiero; el exterminio.
No nos permiten dejar a ninguno que no se haya comulgado.
Es que es imposible, aunque quisiéramos no podríamos.
Nuestra Madre ahora nos lo pide.
Una Madre Nuestra es una Madre Nuestra y, además, quiero decir, como no le hagamos caso nos tritura. No somos quién para discutirla.
Ni somos quién para llevarnos la gloria.

Pd: Forforina, ya me ha recompensado; ahora que me entiende con en el pecho como a un escapulario.

sábado, 10 de abril de 2010

comentario de texto: el periodista y el poeta

Lo primero que advierte el periodista al entrar en la casa del poeta es la ropa, la del poeta y la suya propia, suponemos, que no nos acaba de quedar claro quién lleva qué y por qué eso es interesante. Por lo demás, nos introduce en un ambiente no demasiado impredecible: las ideas saltan como liebres en un salón lleno de gente que bebe vino, pero son ideas a las que el autor permanece impermeable todavía; es difícil reconocer la inteligencia ajena cuando a uno se le ocurren cosas como que los sillones son de crin azul.

Y tendremos que esperar unas cuantas líneas más (al periodista le pagan por palabra) hasta llegar a una descripción del poeta, que al parecer es un tipo con la elegancia de quien tiene el don de la empatía. O sea, amigo de sus amigos, como quien dice. Pero no acaba aquí; para explicar tan complejo concepto, contraataca: Tomó forma entonces una brasa de amistad que va aumentando hoy su incendio y es, sí, lo es, hoguera de complicidad. (¿Es que alguien lo ponía en duda? Tanto énfasis resulta un poco sospechoso).

En los párrafos siguientes, el periodista nos da pruebas de poseer un desmedido desprecio por la semántica y una igualmente desmedida devoción por la pedantería, como en esta frase: Lleva adosada a su bonhomía de hombre con traje, o en esta otra: donde volcó su voz febril en textos donde el cortocircuito de la metáfora imponía su régimen de misterios. (Nótese que al periodista le gustan más las palabras esdrújulas o tetrasílabas, por ese orden).

Y llegamos al meollo del asunto: resulta que uno de los logros en la vida del poeta ha sido, precisamente, conocer al periodista: He hablado con él de todo el 50, de los novísimos, de los poetas de los 80, de Emily Dickinson y de Eliot, y hasta de Dalí (ese pintor tan viejo desde muy joven)... Aquí, además, hay otro dato interesante, y es que el periodista no se puede aguantar las ganas de colar una frase entre paréntesis, a todas luces ya escrita en otro artículo, como un eyaculador precoz de las definiciones.

No sé si animarles a seguir leyendo, porque el desenlace es muy previsible: continúa hablando poco del poeta y mucho de sí mismo. Y, justo antes del final, aprovecha para mirarle desde arriba: Si un poema no encierra misterio se queda en notificación de juzgado (...) el poeta lo sabe (y si no lo sabe se lo digo ahora).

Intuimos que al periodista le gustaría estar en el otro lado, en el lado del poeta, de quien merece una reseña de 5000 caracteres. Busca, con prosa de periodista que habla con poetas, que al leerle se arranque un espontáneo y la escriba.

viernes, 9 de abril de 2010

Las tablas de la ley endecasílabas

[O cómo esquivar preguntas incómodas]

1.
Mis versos son tan libres como yo.

2.
La libertad será en el verso libre
lo que el preservativo al sexo anal.

3.
No sé qué significa: escandir.

4.
Te enseñan a contar del uno al diez.

5.
El poeta es un ser iluminado,
la poesía no sabe de ecuaciones
y a mí ya no me quedan más incógnitas.

6.
Si acaso hay que saber algo del ritmo
se aprende en las canciones de Sabina.

7.
El ritmo es subjetivo y personal.

8.
Mi musa se preocupa de esas cosas.

8.
Sólo corrigen versos los mediocres.

9.
Prefiero Benedetti a Garcilaso.

10.
Es mucho más moderno, más honrado
y es más emocionante vomitar.